Durmiendo con la resistencia.

A Ger le arrebataron el sentido sus profesores, las amigas de la universidad, los dueños de los medios grandes. Ger tenía problemas, como todos, pero escuchar todos los días por la radio, la televisión, los discos, y aparte leer en las redes o en las revistas y libros de la universidad, que la vida es suplicio como tal, que todo lo construido debe caer porque fue malo, es malo y siempre lo será; eso no ayudó.