Texto cortesía de Rincewind237.
En este día especial nos reunimos para hablar de una de las figuras más importantes de la historia cristiana; una parte de nuestra identidad y de la de los hombres que surcaron el océano. Cabe recordar que Carlomagno, a pesar de ser su sangre germana, igual a la de quienes cruzaron el continente a probar su destino, decidió conservar y defender la fe y costumbres romanas, a diferencia de los lombardos o vándalos, quienes tomaron el arrianismo como su fe. Tampoco debemos olvidar a los arrepentidos godos, adaptadores de la cristiandad ibérica, que volvieron a Roma antes de su fin. De igual forma Carlomagno y sus ancestros se probaron defensores de la fe desde incluso antes, cuando su abuelo Carlos Martel defendió con éxito la cristiandad de lo que sería una catastrófica invasión omeya, señores musulmanes que ocupaban la península en aquel entonces. Él, siguiendo el legado de su abuelo, se enfrascó en campañas para defender y extender la fe, contra los paganos sajones (donde San Bonifacio hizo grandes gestas) y a los nómadas avaros; logró convertir a los últimos de esa tribu, también tuvo éxito en su defensa y perdura de la lengua del viejo imperio, el latín, y mucha de esa cultura que estaba por llegar a su perdida debido a la caída del imperio romano de Occidente él pudo restaurar, irónicamente siendo analfabeto y de gran edad.
Esos méritos fueron justamente recompensados por el papa dándole el honor de ser el nuevo emperador del imperio occidental resurgido, irónicamente de la estirpe de los invasores, siendo así creado el sacro imperio, el imperio inmortal que fue el brazo armado de la cristiandad occidental junto a España, hasta su caída total en Versalles en 1918
Como la mayoría de nosotros somos mestizos, tenemos que ver que la cosmovisión de ese hombre y su mundo no es diferente a la de Pachacuti Inka, el forjador del imperio de los incas, que como Carlomagno, hizo gestas parecidas, pero debido a la diferencia entre culturas, nosotros fundamos ese imperio bajo su autoridad.
Por lo tanto, concluyo en esto como un modo de decir que debemos intentar defender el legado carolingio, nuestra fe, frente a las amenazas de este siglo, y además, recemos para la llegada de este héroe de la fe a la santidad, feliz fiesta del Beato Emperador.
Dios todopoderoso y misericordioso, que no niegas tu gloria a ningún Estado.
Has dado a tu santo confesor Carlos la cumbre del poder en la tierra y un trono en el cielo, a tus siervos, por su intercesión y mérito, las riquezas de la dicha eterna.