Música pre-compuesta.

Texto traducido, adaptado y expandido a partir de varios tuits publicados por Right Modernist.

Fountain (1917), la obra de Duchamp, un urinal que reza R Mutt, fue un gesto utópico; declaró que cualquier objecto mundano podía ser considerado arte y su conclusión lógica, revelada en nuestros días, es que cualquiera puede ser un artista.

La aparición de la música vaporwave, género derivativo, fragmentario y nostálgico, nacido de una vanguardia obscurecida a inicios de los dos mil diez, indica que este principio ha sido aplicado a la música tanto como a las demás artes. Existen precedentes, por supuesto. En los sesenta, varios músicos caribeños tomaron grabaciones de reggae e hicieron remezclas instrumentales surrealistas, inventando el género dub. Después aparecería el sampleo.

Pero el vaporwave es novedoso porque la música que se presta es presentada como es, con alteraciones mínimas y, en la mayoría de los casos, es utilizada en porciones considerables, lo que cuestiona incluso las fundaciones de la propiedad intelectual.

El típico sonido del vaporwave data de los ochentas y noventas: más que todo música electrónica de su tiempos, jazz suave, muzak, bandas sonoras de videojuegos y adult contemporary. El cambio de milenio es un punto de quiebre usualmente y no es coincidencia que muchos álbumes retraten o hagan alusión al World Trade Center y alrededores en su arte visual. Queda claro que la dualidad de aquella oculta estructura era el último objeto preservando el elemento de la competitividad del capitalismo global, previniendo que el sistema colapsase en una operación disfuncional y monopolista.

Aparentemente, quienes fabrican vaporwave añoran el espíritu del capitalismo de los ochentas-noventas, incluso si son demasiado jóvenes como para recordar algo de esa época. Los mueve un cambio, algo perdido después del 11S, cierto optimismo -lo llamaré utopismo neoliberal en sus primeras dos décadas- que desapareció del mundo.

Me encantaría ser una máquina, ¿a vos no?

Esta pregunta que nos hizo Warhol es más pertinente hoy que nunca. Los artistas de vaporwave suelen ser bastante prolíficos. Los escépticos dirán que esto es porque cualquiera puede armarse una mixtape en nada de tiempo. ¿Qué significa, entonces, ser un artista en la era post-moderna?

¡Innová!

Tal era el mantra modernista. El post-modernismo lo canta también, sólo que ahora lo nuevo debe salir de lo viejo. El bricolaje es la forma dominante del arte post-moderno. La habilidad y la técnica nunca fueron menos importantes (aunque Warhol era un artista muy habilidoso y entrenado). Lo que cuenta para el arte post-moderno es su habilidad como medio para canalizar el Zeitgeist en gestos artísticos que resuenen.

El vaporwave no trata sólo sobre música, sí, la estética general de cada álbum, empezando por su portada, es igual de importante que el sonido contenido. El envoltorio evoca un sentimiento difícil de definir, que es parte de la diégesis musical al servicio de una nostalgia apenas viva.

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