A diferencia de lo que Román medita y argumenta, no veo al liberalismo como la plaga anti jerárquica propensa a la mala interpretación y posterior metamorfosis a fin de crear ideologías pervertidas, sino lo contrario, como un idealismo que permite que se transmuten más ideales permitiendo que la gente cree sus propios, a fin de generar sus adeptos dentro de la sociedad y obtener el poder mediante una lucha política, sin importar que causas siguen y que resultados esperan. Cada grupo o sociedad tiene derecho a competir, pero nadie les asegura que va a ser justa o siquiera si van a poder sobrevivir. Pero hablar en estos momentos sobre bio-política es un tema que considero muy enredado y no apto para la respuesta al señor del artículo.
En el reciente debate académico donde Peterson y Zizek compitieron, la postura de Zizek fue la más correcta, y hasta diría la más abierta, porque reconoce que el capitalismo como sistema económico creado por los seres humanos, es imperfecto, corruptible y propenso a tener sus fallas, pero el más correcto y el que mejor funciona como un bioma natural, en donde los elementos o los recursos del medio tienen que ser recolectados por los que los trabajen a fin de comerciar o en una postura más darwinista, sobrevivir entre tanto animal.
Considerar que ayudar al prójimo es una obligación del gobierno, que desde que lo reconocemos a la hora de nuestro nacimiento, le sedemos derechos, es un acto de violencia hacia nosotros mismos, incluso diría fundamentado en falacias teístas que sólo demuestran un miedo a vivir y cómo intentamos relegar nuestro pasado animal.
Hoy por hoy, los más grandes signos de desarrollo y prosperidad han sido creados por ese sistema siempre regulado por el miedo a la libertad absoluta que es el capitalismo, aquí quisiera destacar también las miserias de la perversión del capitalismo como las catástrofes ambientales. En doscientos años de liberalismo económico se han obtenido más cosas que en los setenta años de marxismo soviético que promulgaba la supuesta igualdad.
Demonizar a un sistema económico sin tomar en cuenta las realidades del contexto, a fin de ganar adeptos para luego tomar el poder, confirma en sí la superioridad del liberalismo ideológico, ya que desde esa libertad se ha dejado competir a eso que “moralmente” se le considera bueno, entre el sin número de propuestas. Sobrevivió y perduró el más apto de todos, y este proceso ideológico moderno al mero estilo del darwinismo, tanto en su rama económica capitalista.
Mientras aún no sigamos evolucionando mentalmente y no dejemos la caverna del miedo ante la hostilidad de la vida moderna, seguiremos padeciendo los males que nosotros mismos creamos y hasta autosabotearnos, a fin de competir. Es hora de que dejemos esos vestigios moralistas éticos post-religiosos y tomemos una postura de avanzar sin miedo, eso claro, los que puedan. No todos viven fuera del reino animal, y estoy seguro que el humano nunca se zafará de ello.