Hace poco, uno de los personajes más emblemáticos de la crisis del 2018 dio una entrevista a un medio mexicano y fue tan interesante lo dicho que hasta consideré pertinente escribirle una entrada.
Hablo, por supuesto, de la muchacha que gritó los nombres de los caídos el día del diálogo –je, je, je-, Madelaine Caracas, la sacerdotisa más joven del feminismo nicaragüense y una muchacha con talento para el arte y la política. Sin duda escucharemos más de ella los próximos años y eso me alegra.
Pero veamos, ¿qué ha dicho de interesante en esta entrevista? El título por sí mismo es curioso, la citan: El sandinismo ya fue, hace falta una nueva cultura política (negritas mías).
La cita entera va así:
Creo que el sandinismo ya fue, ahora mismo estamos en una etapa en la cual mi generación tiene una visión más crítica y tenemos muchas más propuestas de cómo hacer política. Por ejemplo, desde mi perspectiva de joven observo que los términos izquierda y derecha están quedando atrás ante las nuevas necesidades del mundo. Creo en lo progresista si se puede decir así y rescato los ideales, pero considero que es tiempo de construir nuevos horizontes y una nueva cultura política en el país.
Va, en algo estoy de acuerdo con ella, el sandinismo ya fue –aunque algunos se nieguen a dejarlo ir-, pero me parece más curioso lo que sigue después: ¿a qué se refiere Caracas cuando habla de una ‘nueva cultura política’? Lo deja claro, ¿no? El viejo paradigma izquierda-derecha está obsoleto y debemos echar ojo a las «nuevas necesidades».
En realidad, no, no está claro. El viejo sistema de izquierda-derecha sigue más vivo que nunca y generalmente los que quieren botarlo son gente de izquierdas. Es otra parte de su programa subversivo: “no pensemos en izquierda y derecha, aunque yo sea de izquierda y todas mis políticas vayan por el mismo camino”. ¿No es acaso lo progresista un eufemismo para la izquierda? En todo caso, captura muy bien la esencia.
Luego Caracas procede diciendo:
Como mujer joven y como feminista, mi visión de la nueva Nicaragua va a pasar por esos dos ejes. (…) Hay que reconstruir muchas cosas que tienen que trabajarse para deconstruir y erradicar vicios como el machismo, el autoritarismo, la violencia, el verticalismo y todo esto que suma un montón de problemas que no son solucionables en cinco o siete años, sino que es un proceso para lo que resta de mi generación y para las generaciones que vienen.
¿Les suena esto de algún lugar? Sí, esto es la izquierda de toda la vida, pero apuntando hacia otro lado. Si antes el problema era la desigualdad económica, ahora es la desigualdad social, la opresión. Antes era el Frente expropiando para erradicar a la “burguesía”, el “capitalismo” y la “explotación”. Ahora son las feministas (¿el PIE?) en una cruzada cultural contra el “verticalismo”, el “machismo” y la “violencia”. Al menos esta vez no hará falta expropiar a nadie –por desgracia, dirían Dora María Téllez y la Mónica Baltodano-, pero sí tendremos que deconstruir los cimientos de la sociedad, ¿no habrá una mejor palabra? Ah, por supuesto, destruir, y cuando volás los cimientos todo lo demás se cae. Ya lo estamos viendo y ni siquiera tienen poder fuera de las universidades y los medios.
Desde la revolución esto ha sido un pleito de dos izquierdas y una derechita. Los liberales, indistinguibles de la izquierda socialmente, venden el alma a Estados Unidos, a la Catedral, e irónicamente permiten que los jóvenes se expongan a las ideas del progresismo americano, formando una élite cultural con aval político de Harvard, Yale y el parlamento europeo.
La izquierda baja, la de Daniel, es un fósil, Madelaine lo sabe, pero no capta que su propio movimiento no es precisamente nueva cultura política. Sandinismo y progresismo son en el núcleo lo mismo: una revuelta contra el orden natural, contra lo bueno, lo bello y lo verdadero. Tal vez no usen las mismas tácticas, pero el resultado es igual: disgenesia total, ruinas (Nihil novum sub sole!). La misma Madelaine se dio un tour por Europa en los tiempos de la crisis, ¿fue a los ghettos musulmanes, visitó a las mujeres violadas por “refugiados”? A lo mejor sí vio y eso es lo que nos espera en la nueva Nicaragua.
Madelaine después se refuta a sí misma escupiendo exactamente la misma retórica sandinista que ya conocemos:
Me imagino una Nicaragua donde haya democracia, donde haya una verdadera participación de los diversos sectores, donde podamos ser más críticos y tener una mayor madurez política y un mayor pensamiento crítico y reflexivo sobre la problemática social, sobre las desigualdades, sobre quién detenta el poder económico y que comencemos a pensar en eso.
El sandinista, después de todo, quería democracia, quería una participación de diversos sectores, quería más crítica (pero nunca crítica al sandinismo, misma actitud que muestran las feministas en las redes hoy) y sobre todo quería atacar de raíz el problema de las desigualdades y el asunto social. ¿En serio estamos dispuestos a confiar en gente que esencialmente dice lo mismo que decían los anteriores antes de tomar el poder y destruirlo todo? Es verdad que el sandinista es un bárbaro armado, pero ser castrado no me parece una alternativa buena a que me disparen.
Suficiente con Madelaine, ¿No sería bueno teorizar una verdadera nueva cultura política? Imaginémosla por un segundo:
La nueva cultura política nicaragüense consiste en un respeto integral a la autoridad, la ley y el orden. Consiste en que todos cumplimos nuestros deberes laborales, nuestros deberes sociales, nuestras responsabilidades como ciudadanos de bien. Quienes no estén dispuestos simplemente reciben garrote hasta que se rectifiquen, como es natural.
La nueva cultura política nicaragüense no aspira a que todos seamos dueños del estado, o a que el estado desaparezca. Esos son sueños de drogadictos y mujeres calenturientas. Lo que busca es un Estado competente, un gobierno que actúe cuando deba y que deje sola a la gente cuando haga falta. Esto requiere de fuerza, sí, y de virtudes que a lo mejor nuestra población aún no desarrolla. Sin embargo, botar una estructura porque se ve mal y levantar otra es menos productivo que reformar un poco la existente a largo plazo. Sabemos que ninguno de los tres Somoza fue santo –tampoco demonio-, pero el sustituto sin duda fue diabólico.
La nueva cultura política nicaragüense es escéptica de la democracia. ¿Qué bueno nos trajo? Económicamente, no hemos vuelto a estar tan bien como antes de 1979. Socialmente el país es un desastre, la cultura nicaragüense muere en un mar de productos y modas anglosajonas. En lo político, con democracia y todo, arribamos a otra dictadura, lo que se suponía esta iba a evitar, ¿no será que somos un pueblo dictatorial y que intentar cambiarnos es una pérdida de tiempo?, ¿no será preferible asegurarnos de construir la dictadura más eficiente para nuestros intereses?, ¿realmente la democracia funciona para nosotros?
He mentido, sí, la nueva cultura política que propongo no es del todo nueva. Toma inspiración de la vieja. No hablo de la somocista, hablo de la anterior a la somocista o la zelayista, esa que nos dejaron los conquistadores. Y es que, como la rueda, el gobierno no tiene por qué ser reinventado. Antaño se sabía cómo gobernar de maravilla, cómo mantener orden, paz y estabilidad en cuyo marco se podía alcanzar la felicidad y prosperidad humana plena. Lo que nos han vendido desde la independencia estadounidense –tal vez desde antes- han sido ruedas cuadradas. Ortega no es resultado de una falta de democracia, Ortega es la consecuencia de la democracia irrestricta.
No, Madelaine, no necesitamos ninguna nueva cultura política. Necesitamos rescatar la que funcionaba (una cultura esencialmente anti-política), adaptarla un poco aprovechando las nuevas tecnologías y tratar de darle orden a este país caótico. Tampoco necesitamos tu sinsentido de igualdad y liberación que tanto daño ha hecho en sus múltiples formas, aún si suena bonito dicho en voz alta. No necesitamos tu control mental sutil. Necesitamos orden y lo necesitamos con urgencia.
Me gustaría que le dieras continuación a esto. Dedicas bastante tiempo criticando temas que no son compatibles con tu óptica pero al final tampoco das ningún aporte igual de elaborado que tus críticas sobre lo que se debe hacer. Concuerdo con ciertas ideas, pero también discierno de otras que mencionas.
Saludos
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