El leninismo biológico.

La genialidad del leninismo reside en crear desde cero una casta dominante y revestirla de cohesión, escogiendo explícitamente gentes de bajo estatus, asegurando una lealtad absoluta al partido por miedo a perder todo el estatus adquirido. Funcionó tan bien que fue la maravilla de los intelectuales internacionalmente durante cien años.

Durmiendo con la resistencia.

A Ger le arrebataron el sentido sus profesores, las amigas de la universidad, los dueños de los medios grandes. Ger tenía problemas, como todos, pero escuchar todos los días por la radio, la televisión, los discos, y aparte leer en las redes o en las revistas y libros de la universidad, que la vida es suplicio como tal, que todo lo construido debe caer porque fue malo, es malo y siempre lo será; eso no ayudó.

La «nueva cultura política».

La izquierda baja, la de Daniel, es un fósil, Madelaine lo sabe, pero no capta que su propio movimiento no es precisamente nueva cultura política. Sandinismo y progresismo son en el núcleo lo mismo: una revuelta contra el orden natural, contra lo bueno, lo bello y lo verdadero. Tal vez no usen las mismas tácticas, pero el resultado es el mismo: disgenesia total, ruinas.